No saber continuar

En este momento me encuentro en una constante lucha conmigo misma. Por un lado están los miedos e inseguridades que parecen haber resurgido de donde quiera que estuvieran escondidos. Dispuestos a destrozarme de una manera en la que tardaré en encontrar la cura. Prefiero evadirme de la realidad sin tener en cuenta que nunca aprenderé de mis errores. Y es que me gustaría tener el control de algunas cosas que me hacen débil para comenzar a ser realmente una persona fuerte. En este momento hasta el sonido de las teclas de mi teclado me destroza una parte de mi interior...

En estado de espera

Me da miedo el punto muerto. Y la marcha atrás. Vivir en los atascos. Los frenos automáticos. Y el olor a gasoil. Me asusta el cruce de miradas. La doble dirección de las palabras. Me arruinan las prisas y el paso obligatorio. Las tardes de domingo. Y hasta la línea recta. Me enerban los que no tienen dudas. Y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera. Me cansa tanto tráfico. Y tanto sin sentido. Parado frente el mismo lugar mientras el mundo gira.

Unas palabras tan simples son capaces de explicar los misterios que esconden aquellos lugares donde solo nosotros podemos descifrar los sentimientos.

Una realidad decisiva

Últimamente siento una mezcla de sentimientos en mi interior. Tengo una sensación de felicidad que no ha conseguido marcharse desde que uno de mis mayores sueños se ha hecho realidad. Es algo que me hace sonreír incluso cuando nada parece funcionar bien pero que en contraposición también me hace sentir conformista. Es como si todo siempre tuviera un lado positivo que contemplar y fuera incapaz de ver más allá de ello. Estas palabras me recuerdan a una clase de Inglés en la que la profesora nos confeso que tenía una manera de ver la vida un tanto peculiar. Pensaba que siempre había que quedarse con el lado positivo de las cosas porque eran las que nos hacían aspirar a más. Todo el mundo la miraba como si estuviera loca pero yo siempre he admirado a aquellas personas que defienden lo que piensan sin importar el que dirán. Estos últimos días no han sido especialmente buenos porque es como si cada fragmento de mi vida estuviera ligado. Siento miedo por si algo se tuerce y a la vez todo deja de funcionar pero no puedo hacer nada para controlar momentos que estan por llegar.

El misterio de los sentimientos

Es fácil narrar una historia que no es la tuya ya que nada puede afectar a un corazón inexistente. Durante algún tiempo decidí esconder una parte importante de mí con la esperanza de que se desvaneciera. Es complicado asumir algo de lo que nunca has sido consciente pero más difícil todavía no darlo a conocer a aquellas personas que quieres. Así que empecé a ser alguien que no era aunque eso no me hiciera feliz. Hasta que llegó un momento en el que las cosas cambiaron. Quizás fue una mirada que despertaba una sensación diferente en mi interior o algo que simplemente debía ocurrir. En el fondo da igual como lo llames porque el secreto está en la sensación que proporciona. De golpe tu vida comienza a tener más sentido. Sabes lo que quieres pero no te sientes capaz de alcanzarlo así que buscas una manera de evadir la realidad para conseguir olvidar. Estas atrapada en algo que piensas que nunca sobrepasara el mundo de los sueños pero descubres que tal vez no sea una tontería y que por alguna extraña razón es posible que esa persona sienta lo mismo. Lo ignoras por miedo a que desaparezca la magia porque cuando el miedo te alcanza es imposible deshacerse de él y al final ocurre aquello con lo que has soñado durante demasiado tiempo. Sientes tantas cosas que no sabes por dónde empezar pero lo único que se te ocurre decir es te quiero como sí dos palabras pudieran alcanzar un significado tan grande. Todo comienza a ser diferente pero por primera vez sientes que no necesitas nada más.